jueves, 31 de julio de 2008

Rafael Alvarez "el brujo" grafito sobre papel-para columna "presencias andaluzas" de Victor Marquez Reviriego- Diario El Mundo de Andalucia

El Brujo siempre será él. Actor capaz de enamorar al público, hipnotizarle, emocionarle y divertirle. Piensen y sorpréndanse, que este señor de la escena —a la sazón Rafael Álvarez—, dice simple y llanamente que él es Cervantes, Don Quijote o Sancho, por parentesco y porque así lo ha escrito la historia. Algo sí puedo aseguraros: todo es absolutamente cierto. Bienvenidos al mundo donde la línea entre lo real y lo irreal no existe. Bienvenidos al Teatro.

Pero ¿Cómo ser Quijote y hablar por boca de Sancho y viceversa? ¿Cómo integrar en una sola voz esa llama doble grabada desde niño en mi memoria? Siempre vi una silueta, eterno par, hidalgo y escudero- apéndice, bajo un sol de justicia –no sé porque siempre imagino La Mancha en un tórrido verano- caminando en la adusta llanura hacia un viaje sin retorno...


Rafael Álvarez, más conocido con el sobrenombre de "El Brujo" nació en Lucena en 1950. Titulado por la Real Escuela Superior de Arte Dramático, su actividad con el teatro se inicia en el Corral de Comedias del Colegio Mayor Universitario San Juan Evangelista en el año 1970; con el montaje "El juego de los Insectos", de los hermanos Kappeck; dirigido por José Luis Alonso de Santos, a la vez que comienza su colaboración en montajes teatrales de compañías independientes, como Tábano, TEI, (Teatro Experimental independiente) y Teatro Libre de Madrid
En 1988 funda junto con José Luis Alonso de Santos, Gerardo Malla y Jesús Cimarro, la productora de teatro, Pentación, S.A. y en 1995 funda, junto a Mª José Norte, su propia productora, Producciones El Brujo, S.L. dedicada a la distribución y la producción de teatro y audiovisuales.
Actor polifacético ha participado también en cine y televisión (donde alcanzó la popularidad gracias a la serie "Juncal")
Ha recibido numerosos premios, entre los que destacan: el Premio Ícaro, concedido por Diario 16, el Premio de Antena 3 a la mejor interpretación teatral (1985), por su trabajo en Lazarillo de Tormes; Premio El Espectador y La Crítica 1986, por La Taberna Fantástica, Premio Asociación de Espectadores Ciudad de Alicante en 1986 y 1994, por Lazarillo de Tormes; Premio Ercilla de Bilbao 1996 a la Mejor Interpretación por La sombra del Tenorio; Premio Meliá Parque al Mejor Actor por Anfitrión; Premio Cadena COPE, Ilustres de Baracaldo 1999 por El Contrabajo; y Premio Canal Sur al Mejor Espectáculo teatral 2000 por Arcipreste.
En diciembre de 2002 se le concedió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, máximo galardón que concede el Ministerio de Cultura.

viernes, 25 de julio de 2008

Francisco Martinez de la Rosa


Político y escritor español (Granada, 1787 - Madrid, 1862). Este catedrático de Filosofía Moral de la Universidad de Granada (1808) se sumó a las filas de los revolucionarios liberales durante la Guerra de la Independencia (1808-14) y fue diputado en las Cortes de Cádiz que aprobaron la Constitución de 1812. Por ello, fue encarcelado tras el regreso de Fernando VII y el restablecimiento del absolutismo.
Recuperó la libertad durante el Trienio Liberal (1820-23), en el cual asumió el liderazgo de la rama más moderada de los liberales (los «doceañistas») frente a la mayoría de «exaltados», e incluso encabezó el gobierno como ministro de Estado en 1822.
Una nueva reacción absolutista durante la «Ominosa Década» (1823-33), que le obligó a exiliarse en Francia, acabó de conducirle a una postura ideológica ecléctica, inspirada en el liberalismo doctrinario de Guizot: en lo sucesivo defendería un liberalismo muy moderado que sirviera para una transacción con la monarquía y con los partidarios del absolutismo. Fue esa postura centrista la que llevó a la regente María Cristina a llamarle para formar gobierno en 1834-35.
En aquel periodo crucial, Martínez de la Rosa puso en pie un régimen de monarquía limitada con el primer Parlamento bicameral de la historia de España, reflejado en el Estatuto Real (1834). Buscando el apoyo de la opinión liberal a la causa de Isabel II contra las pretensiones al Trono de don Carlos, Martínez de la Rosa decretó la amnistía para los liberales encarcelados durante el periodo absolutista; pero, siempre en posiciones centristas, intentó también humanizar la guerra declarada contra los carlistas.



El Reclamo


Cesa un instante siquiera,Cesa, avecilla, en el canto,
Y no atraigas a los tuyos Con tu pérfido reclamo:
El mismo dueño a quien sirves,Te arrancó del nido amado,
Te robó la libertad,Te desterró de los campos;
Y por complacerle ahora,De tanta crueldad en pago
A tu esposo y a tus hijosTú misma tiendes el lazo.
La voz del amor empleas,Brindas con dulces halagos,
Cuando la tierra y el cielo A amar están convidando;
Pero entre tanto escondida
La muerte acecha a tu lado,
Pronta a salpicar con sangre
Las bellas flores del prado
¡Ay! deja al hombre cruelValerse de esos engaños;
Llamar con voz alevosa y vender a sus hermanos.

viernes, 18 de julio de 2008

Grafito y tinta sobre papel- retrato de Anita Delgado


El Maharajá de Kapurthala conoció a Anita Delgado en el Kursaal madrileño, donde actuaba como bailarina. Capricho de multimillonario, o lo que fuese, el fabuloso personaje regresó a su patria locamente enamorado de la danzarina malagueña. Los padres de ésta empezaron a recibir cartas del Maharajá, produciendo, al principio, una oleada de terror en los progenitores de la bella Anita. Algún desaprensivo les dijo que tales personajes, después de vivir seis meses con su esposa, la decapitaban como punto final. El Maharajá, en su lejano país, no se desanimó ante la negativa de los padres de su adorada. No sólo les ofrecía veinte mil duros, sino que se comprometía a enviarla a un colegio francés donde la educarían convenientemente para desposarla después.Una noche, la madre de Anita, sin saber qué decisión tomar, entregó las cartas a Valle Inclán, que en unión de varios escritores y periodistas solía acudir al Kursaal, para que las leyera y le dijera si el ofrecimiento revestía la seriedad necesaria. El escritor, tras releerlas detenidamente, manifestó su total conformidad con la promesa del Maharahá, para el que redactó una atenta contestación.

Tras el flechazo tiene lugar una corta relación en la que abundan misivas, encuentros y artimañas de terceras personas, en particular de cierto grupo de intelectuales que frecuentan el Kursaal: Leandro Oroz aconseja, Valle-Inclán redacta, los Romero de Torres opinan... y Baroja paga el sello de las cartas que, firmadas con el nombre de Anita, recibe el maharajá, y que le encandilan.


Demostradas las buenas intenciones del poderoso personaje, los padres de la chica se decidieron a dar el paso definitivo, casi de cuento de hadas. No obstante, la cosa se enredó, pues al tener que salir Anita para Francia e Inglaterra, para educarse antes de la boda, hubo necesidad de buscar un acompañante idóneo, que hiciera las veces de preceptor. Valle Inclán pensó en un pobre pintor, que estaba enamorado de la hermana de Anita. La madre del pintor, una dama extranjera, escrupulosa y refinada, se opuso a que su hijo desempeñara tal cometido, al considerarlo como labor de alcahuetería. Valle Inclán soslayó hábilmente la citada oposición al decirle a la señora que «tratándose de reyes esa palabreja no existía».

viernes, 11 de julio de 2008

Manuel Ciges Aparicio Grafito y tinta sobre papel


Para columna "presencias andaluzas" de Victor Marquez Reviriego/ Diario El Mundo de Andalucia


Manuel Ciges Aparicio fue fusilado pese a que ni había cometido ninguno de los horrendos crímenes que los franquistas atribuyeron a la República ni estaba en disposición de haberlo hecho, ni se había opuesto al alzamiento ni tenía medios para hacerlo, ni pertenecía de modo significado al frentepopulismo, etc. El único crimen del escritor Ciges había sido aceptar el ‘enchufe’ de su amigo Azaña en las gobernaciones de Baleares, Santander y Ávila para que vivieran sin apreturas su mujer e hijos.


miércoles, 2 de julio de 2008

retrato grafito y tinta sobre papel de Antonio Alcala Galiano


Para columna "presencias andaluzas" de Victor Marquez Reviriego/Diario El Mundo de Andalucia


"...al cabo de mis años, padecimientos y servicios, tengo tan limpio el bolsillo como el ojal de la casaca..." Antonio Alcalá Galiano


Antonio Alcalá Galiano, político, intelectual y literato, liberal ante todo; uno de los hombres más conocidos y admirados, si no el que más, del grupo de exiliados constitucionales españoles en Londres

Proveniente de una familia de militares, economistas y de oficiales de marina, fue uno de los más activos de entre los liberales españoles y uno de los iniciadores del levantamiento que dio lugar al trienio constitucional de 1820-1823 15.

En 1823 Alcalá Galiano se vio obligado a exiliarse, primero a Gibraltar y desde allí a Londres, donde residió durante siete años.
En sus Memorias y en sus Recuerdos de un Anciano recogió, años después, las páginas más vívidas de los padeceres, vicisitudes y sentimientos que acompañaron a cuantos, como él, fueron acogidos por la nación inglesa tras verse obligados a abandonar el suelo patrio por razones políticas. Por sus páginas desfilan personajes de todo tipo de extracción social, desde toreros hasta aristócratas y nobles, todos ellos miembros de esa "abreviada España constitucional" como él la calificaría años después:
Llegábamos casi todos los españoles a Inglaterra en un estado de miseria completa que sólo la caridad pública podía darnos el indispensable abrigo y sustento. Si algunos tenían bienes no podían recibir auxilios, o los recibían mal, en fuerza de las circunstancias, de decretos que les confiscaban o secuestraban su hacienda privada, de persecuciones populares que no respetaban su propiedad, de temor en algunos de ser aprendidos, de mala fe en otros. Pero la mayor parte de ellos se componía de personas que vivían de su profesión, militares, eclesiásticos, abogados, empleados civiles, médicos, escritores; en suma, lo que constituye el núcleo del partido llamado liberal en todos los pueblos o, digamos, de lo que en él forma la porción más activa y predominante (Alcalá Galiano 1879: 462).