«Detrás ese rostro frío, de esos ojos pequeños pero brillantes, de ese rictus tosco de Juan Barranco se esconde una humanidad que no siempre deja al descubierto, quizá por timidez».
El poder sólo corrompe a los corruptos, hace golfos a los que son golfos e inmorales a los que ya lo eran antes.
Juan Barranco
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