Don Francisco Valverde y Perales, que escribió en 1903 la Historia de la Villa de Baena, recogió el epitafio en latín que se puso sobre la tumba del negro más conocido en el siglo XVI, y cuya traducción es la siguiente: “El hombre sabio de Granada, maestro de la brillante juventud y orador piadoso y excelso en doctrina y en costumbres, hijo de padres etíopes de estirpe negra, habiendo salido de la infancia comenzó los estudios de la salvación y cantó las gestas de la casa augusta de Austria; el Latino yace en este sepulcro.
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